sábado, 1 de enero de 2011

Sonido lavadora


Su cabeza está vacía,
sólo respira, sólo mira.
Atada agoniza de dolor,
el ruido la destruye
como su primer desamor.

Sigue sentada en la silla,
la gente la observa, ella odia.
Todos los días su cabeza escucha
sonido lavadora*.

Destruye la pantalla
que la ha tenido engañada.
Se levanta, no se asusta,
sí desprecia.

En el agua un reflejo de alguien nuevo.
Ahora es ella quien negocia la vida de los demás,
quien pinta las rayas en el suelo.





*Sonido lavadora: Aquello impuesto desde la pantalla que no desprende ningún tipo de interés hacia ella.




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