miércoles, 23 de marzo de 2011
Pastel virtual
martes, 22 de marzo de 2011
jueves, 17 de marzo de 2011
lunes, 7 de marzo de 2011
sábado, 5 de marzo de 2011
viernes, 4 de marzo de 2011
Una llamada (p.2)
01:53h
Hace días que lo planean. Saben que allí vive una hermosa chica. Muy despacio y sin provocar ningún ruido abren la puerta del piso. Todo está en silencio. Parece que no se ha enterado nadie. Tras cruzar la sala pasan al pasillo donde ven una puerta medio abierta, se acercan y se percatan de que es una habitación. Allí está la chica de unos veinti pocos años tumbada en la cama con un camisón de seda fina. Los dos individuos se miran y sonríen con malicia. Uno se acerca lentamente y estira la sábana con la que está tapada.
02:03h
Sus ojos se abren lentamente. Está tranquilo en casa de ella. Le vienen frases que han intercambiado en la cena. ¿Por qué me habré despertado?, piensa. No oye nada. Parece que está todo perfecto. Se gira de lado para volver a conciliar el sueño hasta que un golpe, algo que ha chocado en una madera, rompe el silencio. El corazón le palpita muy rápido y sus sentidos se vuelven más sensibles. Otra llamada.
02:18h.
– Dejo esta grabación en el móvil por si llega la policía y no hay nadie para contarlo. Son dos hombres que han entrado en casa de Ainhoa alrededor de las dos de la madrugada. Están en su habitación. La tienen amordazada. Oigo desde aquí sus gritos de desesperación. Saldré a por ella. Puede que no salga vivo de esta, pero lo intentaré.
02:22h.
– Joder, ¡qué mierda de tía! – La empuja con malicia por los hombros. Ainhoa no tiene fuerzas para quejarse – Cómo se resiste. Cógela de las manos y ¡cuidado que no se destape la boca o alguien nos oirá!
– ¡Shhhh! ¡Cállate tío! ¿Has escuchado eso? Ha sido como... si una puerta se abriera... Voy a mirar qué pasa... ¡Y tú estate quieta de una vez, zorra!
02:25h.
A Ainhoa le caen las lágrimas como no le han caído en toda su vida. No sólo por la bofetada que acaba de recibir y por lo que le está pasando en estos momentos, sino porque no quiere pensar qué le ocurrirá a Alberto.
jueves, 3 de marzo de 2011
Una llamada (p.1)
18:37h
Una llamada. Abre la puerta de la ducha, se pone el albornoz y va directa al teléfono. Estaba a punto de cogerlo cuando ha dejado de sonar.
Vuelve al baño, cierra la puerta, se mira en el espejo y sonríe. Tira la cabeza hacia adelante y envuelve su melena castaña con una toalla pequeña. Se dirige al salón. Coge el mando de la mini cadena y pone su canción favorita del CD que compró ayer, la número 12 exactamente. La melodía empieza a sonar por los cuatro altavoces situados en las esquinas. Se acomoda en el sofá y disfruta del momento. Se relaja, estira los brazos hacia arriba y vuelve a sonar el teléfono. Suspira. Se da prisa por bajar el volumen de la música y consigue llegando a tiempo a contestar. Es él, Alberto. Se muerde el labio inferior y sus mejillas se vuelven de color rojizo. Se pone de la misma manera en el sofá y cierra los ojos. Al abrirlos levanta la mirada hacia el techo mientras se acaricia la pierna izquierda con el pie de la otra. Escucha con interés las palabras del chico. Cuando han terminado se despiden con un "hasta luego" muy cariñoso.
20:30h
Hace una hora que se ha vestido. Para esta ocasión se ha puesto un vestido negro que le llega a las rodillas, unas medias finas de color carne y unos zapatos negros de tacón. Se acerca al espejo y se maquilla. Un poco de base, colorete, la ralla en los ojos de color negro para resaltar el color miel del iris y un toque de pinta labios no muy fuerte. También se acuerda de ponerse un poco de perfume del bueno. Ya está lista. Pone el móvil en el bolso, un paquete de pañuelos de papel y el pinta labios por si acaso. Todo preparado. Coge el abrigo del perchero colocado en el recibidor y las llaves. Se dirige a abrir la puerta cuando llaman al timbre de esta. La abre. Es él.
22:00h
Ha improvisado una cena sin olvidarse de los detalles que tenía que tener la velada. Unas velas en el centro de la mesa y la lámpara situada al lado del sofá encendida, pero muy tenue. Alberto no parece que esté muy bien. Abre una botella de vino y es él quien la sirve. Le mira fijamente. Preocupada.
23:40h
Ainhoa ha dejado que se quedara a dormir al chico en la habitación contigua a la suya. No ha tardado mucho en hacerlo. Son momentos difíciles para él. Necesita descansar, piensa.
Ella también está algo agotada. Se desnuda y se pone un camisón. Son días duros los que cruzan, pero mañana el sol puede volver a brillar para los dos. Se acuesta y queda sumergida en un sueño. Un sueño que no le durará mucho...