martes, 18 de mayo de 2010

Nada / a ti

Puede que esto no lo lea nadie, que sea un simple texto que se quede ahí solo, para siempre o quizá me canse de verlo aquí y lo elimine.
Cuando alguien se siente solo se olvida de los demás, de la gente que realmente le quiere y se adentra en sus pensamientos más duros.
Te sientes mal, notas que tu cara está decaida y es cuando quieres romper a llorar. Pero una llamada lo puede cambiar todo. Ella, tu mejor amiga ha decidido escuchar tu voz para comprobar que estás bien, aunque sabe que no. Contestas y sabes que está preocupada por ti. Haría lo que fuera para ver reír a esa persona con la que pasa tanto tiempo y muy buenos momentos.
No quería que fuera nada este texto, pero al final se a convertido en una dedicatoria, a ti.
Por todos esos momentos que me haces sentir bien, por las risas, por las lágrimas, por las broncas y sobretodo por ser quien eres: tú.
Tú eres el mayor regalo que te puede hacer la vida.

Te quiero Noemí.

domingo, 16 de mayo de 2010

Cp. 1 II

Me llamo Rebeca y tengo diecisiete años. Quizá tendría que haberme presentado antes pero necesitaba explicar cómo empezó todo.
Por fin el curso se ha acabado. La semana que viene tengo que ir a recoger las notas, espero que no me haya quedado ninguna para el año siguiente.
Hoy es uno de esos días que no te apetece salir de casa, el termómetro está cerca de los cuarenta grados. Podría ir a las piscinas pero el alcalde, como siempre, se le ha ido la pinza con el cambio climático y quiere reciclar el agua. Así que ha hecho tarde para abrirlas. Mientras tanto me toca estar tirada en el sofá con el ventilador delante. En mi reproductor de mp4 suena a medio volumen "If I could fly" de Satriani, uno de mis guitarristas preferidos. Le imito como si estuviera tocando yo la melodía. Por la puerta se asoma mi madre, me mira, y sin poder callarse lo de siempre me dice:
- Rebeca, desde que se ha terminado el curso que te pasas el día tirada en el sofá sin hacer nada. Al menos coge un libro y lee.
- Mamá, estoy cansada...
- Aquí parece que estés en cuarentena. Mira que blanca estás. Al menos sal a la calle con tus amigos... - dice preocupada.
- No tengo ganas, si el alcalde abriera las piscinas cogería un libro y me pondría a tomar el sol... Aunque sabes que terminaría en la sombra.
Mamá se da por vencida y se va al pasillo a barrer. Sabe que no puede convencerme, su hija le ha salido bastante cabezota. No me gusta broncearme, intento buscar la sombra siempre porque el más mínimo rayo de sol vuelve mi piel oscura.
Ahora es mi hermano Óscar quien se dirige a mí como si fuera su tesoro perdido.
- Rebe, ¿haces una partida conmigo a la play? - Se tira en el sofá a mi lado.
- Pero que pesaditos estáis hoy. - Me mira con ojos de buen niño.- Vale, pero sólo una.
Me regala un beso en la mejilla y sale disparado a encender la play. Óscar es un año más pequeño. Un chico alto, moreno y de ojos verdes. Es tan guapo que no parece de la familia, algún día el pobre se lo va a creer de tantas veces que se lo digo. Yo soy todo lo contrario, cabello castaño y ojos color miel. Nos llevamos muy bien aunque tenemos los típicos piques de hermanos.
- Oye Rebe, ¿sabes dónde está Miguel? - Tiene la costumbre de llamar por el nombre a nuestro padre.
- Pues creo que está abajo limpiando el coche. ¿Por qué lo dices? -Le marco un gol en el videojuego.- ¡Sí!
- Ya te vale hermanita... Es que le quería preguntar una cosa.
- ¿Te pasa algo? Ya sabes que me lo puedes contar...
- Sí, también quería hablarlo contigo. -Para el juego, se sienta con las piernas cruzadas y me mira.- Bobby celebra su cumpleaños y me ha invitado a su fiesta... ¿Sabes quién es?
- Uy, no me metas a mí en líos de los tuyos... ¿No es ese chico que tiene tan mala fama? Te he dicho muchas veces que no vayas con él.
- Pero si tú vienes Miguel me dejará ir. Yo no quiero ir por él... -Me aparta la vista.
- ¿Qué? Hay algo más que no sé y me tienes que contar, seguro. - ¿Te acuerdas de Yara? - le asiento con la cabeza.- Pues estará allí y me gustaría hablar con ella para decirle lo que siento... ¡Óscar enamorado! Quién lo iba a decir. ¿Será su primer amor o me habrá escondido más? Sé que antes le hacía tilín una chica, pero no llegó a nada. A parte, Yara es muy guapa y parece ser una persona estupenda. - Por favor, sobretodo no se lo cuentes a tus queridas amigas... Y menos a Lorena que se lo tomaría muy mal... - Tranquilo que yo no les cuento nada. Oye, ¿quién va más a esa fiesta? - Pues... creo que algunos de tu clase y bastante gente del otro instituto. La puerta del piso se abre. Papá ha terminado de lavar el coche. Ahora es el momento en que su hija con sus impresionantes facetas artísticas le convenza para que su hermano y ella puedan asistir a una fiesta que no olvidarán.

Un buen inicio para él

Cp. 1 - I.

Cuando conoces a alguien no sabes qué pasará entre vosotros, puede que un camino os separe el mismo día y no volváis a hablar.
A mí eso no me ha pasado. Por suerte, sigo manteniendo conversaciones contigo casi todos los días, aunque poco duraderas. No conectan los mismos cables como la primera vez. No voy a preguntarme de quién es la culpa porque sé que no voy a encontrar respuesta.
Me gustó el primer día que empezamos a hablar o mejor dicho, escribir. Nos pasamos muchas horas contándonos por msn nuestros hobbies, los grupos de música que más nos gustan, en qué gastábamos el tiempo...
Las horas volaron con tus palabras. De las doce de la mañana de un sábado pasó, sin darnos cuenta, a medianoche. No hace falta decir que no queríamos marcharnos pasando tantas horas "juntos". Y de aquellos dos jóvenes salió un te quiero inocente que, nadie sabe mejor que nosotros si es real o no. Por mi parte lo era, y lo sigue siendo. Almenos, no será fallo mío el decirlo y no ser verdad.
Aquella noche me costó pegar ojo. Rondabas por mi cabeza como una canción que se repite y no la puedes parar. Pablo, Pablo, Pablo... Tu nombre era un suave disparo de arma apuntando a mi corazón que por el momento, no dolía.
Ese día cambiaste mi vida, me olvidé de los momentos malos que pasaba, aportaste un toque de magia en ella y me hiciste creer por un momento, que sí se puede ser más feliz.
Palabras, tan sólo fueron eso, pero no creo que las dijeras a boleo como si un rayo las hiciera salir de tu cabeza. Pablo, tú no eres estúpido como los demás. Sé que sabes lo que te haces y espero que esa decisión sea la mejor para ti.

Una rosa Blanca.

Ella. Pureza, juventud. Regalo de la naturaleza. Una flor. Una flor blanca y fresca. Bueno, lo era. Hasta que la han cortado. Podía haberse quedado allí, junto a sus hermanas, mirando como sus pétalos se despegaban de ella, pero el destino no lo ha querido así.
Ahora Ella será objeto para mostrar el cariño hacia alguna persona.
Una rosa blanca. Era mi rosa blanca. La que visitaba todos los días. No quiero que alguien se la quede sin quererla como lo hice yo desde que brotó del rosal. Voy a por Ella. Que no se la lleven, por favor.
Disculpe, señor... Me gustaría quedarme con Ella. Si quiere que le pague, lo haré. Sí, es para mí. Muchas gracias.
Una simple rosa, ha dicho. No, no lo es. Es Ella. Antes he dicho que era mi rosa blanca pero, ¿y si Ella no lo ve así? No dice nada. Al contrario, parece que le gusto. Sabe que no la tiraré por ahí, la cuidaré hasta que se marchite. Suena raro pero, la quiero y la he querido desde siempre, sentado en aquel banco de madera sin repasar.

lunes, 10 de mayo de 2010

Agridulce

—En el escenario habrá una barra de bar al fondo a la izquierda y detrás

un camarero que secará vasos con un trapo hasta que Pablito le llame para que le lleve una bebida (que no se la llevará). Delante a la derecha del escenario estará

situada la mesa con dos sillas donde Andrea estará sentada en la derecha pegada al respaldo de esta hasta que no lo indique la acotación. —

Habrá encendidas las luces de delante blancas, dos amarillas de la izquierda para la barra y dos focos azules que caigan sobre la mesa donde están sentados. Otro foco iluminará desde el fondo de la sala a los dos chicos.

Una tarde de domingo en una terraza de un bar. Pablito de unos 20 años, tímido y poco centrado, se acerca a una chica de carácter seco, Andrea, complexión delgada, de más o menos su edad con una grabadora para encuestarla. está sentada en una silla fumando un cigarro, lleva el pelo recogido con una coleta y unas gafas de sol puestas.

Pablito — Disculpe, ¿puedo hacerle unas preguntas?

Andrea — Ya ha empezado. (Mirándole de reojo) Por favor, tutéeme.

Pablito — Gracias, (se sienta en una silla que está a su lado) ¿puedo sentarme?

Andrea Lo acaba de hacer, ¿o no se ha dado cuenta? (Aparta la vista y saca el humo delicadamente de su boca)

Pablito — Vale, no, lo siento.

Andrea — ¿A mí me pides perdón? Limítate a hacer lo que tenías pensado.
Pablito — Pues, empecemos.
Andrea Ah, ¿que no habíamos empezado?
Pablito — Mmm... No.
Andrea Va siendo hora...
Pablito — ¿Estudias?
Andrea ¿Eso es parte de nuestra estúpida conversación o...
Pablito — (pisándola) De la encuesta.
Andrea No me caes tan mal... y sí, estudio.
Pablito — Podría decirme qué exactamente.
Andrea (Le mira mal) Tutéame.
Pablito — Lo siento...
Andrea Criminología.
Pablito — (En voz baja) Yo periodismo...
Andrea ¿Cómo dices?
Pablito — ¡Camarero! Un agua, por favor. (La mira) ¿Te apetece tomar algo?
Andrea No, acabo de tomarme un zumo de piña.
Pablito — Yo invito.
Andrea Te he dicho que ya he...
Pablito — (Pisándola otra vez) tomado un zumo de piña, sí, lo he oído.
Andrea ¿Seguimos con la encuesta?
Pablito — Sí, perdona.
Andrea Otra vez con las disculpas...
Pablito — Lo sie... ¿Vives en casa de tus padres, en un piso de estudiantes o sola? (En voz baja mirando al público) Con lo recta que es seguro que sola...
Andrea ¿Qué has dicho?
Pablito — Nada... habrá sido el viento.
Andrea Sí claro. Sopla tan fuerte... (Que se note la ironía) Vivo sola.
Pablito — (Pega un grito ahogado) ¡Lo sabía! Estooo... ¿También trabajas?
Andrea Sí, soy guardia de seguridad en la Renfe.
Pablito — (Impresionado) ¿En seriooooo?
Andrea ¿Qué te crees? ¿Que no puedo? (Separa la espalda del respaldo de la silla)
Pablito — No hace falta que me lo demuestres... (Bajito) Con el miedo que das...
Andrea ¿Ya vuelves a hablar por lo bajito?
Pablito — Eh... Estaba pensando qué pregunta seguía... ¡Sí! ¿Haces todas las tareas de casa o algunas las llevas a tus padres para que las hagan?
Andrea — Oye, ¿qué preguntas son esas?
Pablito — Pues no sé... Lo que dice el guión que me pasaron.
Andrea — Podrías hacerla más interesante...
Pablito — ¿Cómo dices?
Andrea — Sí, preguntar cuáles son los hábitos que tienes cuando estás en casa...
Pablito — Eso ya lo pregunta, pero más adelante.
Andrea — ¿No podríamos pasar a esas? ¡Me estoy poniendo nerviosa ya!
Pablito — ¡No será tanto, mujer! (Pausa) Bueno, va, porque eres tú. Si fueras otra persona no lo haría.
Andrea — Todos decís siempre lo mismo...
Pablito — Yo no.
Andrea — No lo sé, no te conozco muy bien.
Pablito — No has aceptado mi zumo de piña. (Pausa) Ya contestaré lo que me parezca en las otras.
Andrea — Gracias.
Pablito — No hay de qué. (Pausa de tres segundos) Creo que me iré, llevo toda la tarde haciendo encuestas...
Andrea — Pero si aun no he terminado, ¿no? Si te va bien podemos quedar otro día...
Pablito — Si quieres... estoy libre mañana a partir de las 6.
Andrea ¡Soy yo quien tiene que estar disponible! (Apunta su número en una servilleta) Bueno, y que sepas que no es una cita, sólo un favor.
Pablito — (Dándole la razón) No, no... (En voz baja y al público) Qué chica...
Andrea Qué tendrán tus amigos imaginarios que siempre les hablas...
Pablito —... ¿No les ves? (Mira a un punto fijo al final de la sala)
Andrea (Le mira y busca el mismo punto. Se va acercando lentamente cabeza y tronco a su altura) No...
Pablito — Hay muchos... por todas partes. Arriba, a la izquierda y a la derecha; abajo, lo mismo.
Andrea Creo que los empiezo a ver...
(Giran muy despacio los dos la cabeza y se besan).

(Se apagan todas las luces del escenario)

TELÓN.

jueves, 6 de mayo de 2010

Receta: Ignorancia para ser feliz.

No creo que sea el mejor día para escribir, pero es el día que esto está más tranquilo, sin gente que se pueda entrometer en mi mundo de imaginación.El mundo gira y yo estoy aquí, parada. Reflexionando sobre los acontecimientos de esta última semana. No me puedo quejar, pero cuando se llega al punto más alto de felicidad estaría bien mantenerlo durante un cierto tiempo y bajarlo lentamente para volver a la "normalidad".

Parece ser que te quedas sin sueños. ¿No es lo más importante en esta vida?
Te lo repites más de veinte veces al día y no encuentras ni una maldita respuesta. Si me quedo sin aspiraciones, ¿qué tengo?
NADA
¿Qué hago aquí? Son muy pocos los que llegan a hacer "algo" importante en esta vida y que se les recuerda mundialmente. Somos millones y millones de personas que cuando nos marchemos, se olvidaran de nosotros.
Es como El árbol de la ciencia. Andrés, el tipo más pesimista que he leído nunca, me ha hecho sentirme identificada con él. Aunque, espero no terminar tan mal. Cuanto más mayor, más pesimista me vuelvo.
Quiero que la ignorancia vuelva a mi para ser más feliz.

¡Que alguien me ayude a aplicar el Carpe Diem!

domingo, 2 de mayo de 2010

Sólsetur




Antes de empezar estaría bien que se cargara la canción. Cuando esté lista poned reproducir y pueden leerlo. Gracias.

Hace mucho tiempo existía un pequeño lugar llamado Sólsetur donde nadie podía vivir. Odin (dios de la magia, la poesía, la profecía, la victoria, la caza, la sabiduría, la guerra y la muerte) no estaba dispuesto a que algunos destrozaran la belleza de Sólsetur. Sólo dejaría que fuese hogar de aquellos que realmente lo necesitaran.


Los Skjöldur no querían que los Sidyn viviesen en la tierra de Byrja así que decidieron enfrentarse por lo que creían que era suyo. Lucharon durante muchos días y ganaron.

brynjur váru þeira blóði stokknar, en af geirum geislar stóðu

(Todas sus cotas estaban rojas de sangre, y de sus lanzas volaron las chispas)

Los Sidyn fueron expulsados y se marcharon en busca de un lugar mejor. Estuvieron mucho tiempo andando sin encontrar tierra para sus familias. Por el camino se ayudaban siempre, enseñaban a los más jóvenes a ser humildes, a no caer en el mismo error que sus padres. También aprendían el arte de luchar por la vida. Para enfrentar a la muerte en guerra sin miedo. Los más fuertes irían al Valhalla elegidos por las valquirias, y así poder ayudar a los dioses en la lucha contra las fuerzas y criaturas del mal en la batalla final Ragnarök.

Þeir fundust á veginum eftir að langur vegur

(Encontraron el camino después del largo andar)

Por defender sus creencias y enseñar sobre ellas a los más pequeños, Odin les ofreció un sitio donde poder vivir: Sólsetur. Allí podían sacar todos los días los rebaños de ovejas por los prados verdes de las montañas y cuidar de la tierra fértil que su querido Dios les había dejado, los niños podían aprender de oficios y jugar tranquilamente. Trabajaban duro para que todo funcionase a la perfección. Por las noches bebían cerveza, tocaban y cantaban canciones agradeciendo a Odin todo lo que había hecho por ellos. No eran ricos, pero fueron felices y aun lo son en Valhalla.

Las artes escénicas

¿Qué son las Artes Escénicas?

Son muchas las letras que no llegarán a ser las palabras exactas para la definición, aunque para mi es un universo infinito por descubrir. El aprender nunca termina y los conocimientos que se tienen no llegan a ninguna parte porque es un lugar donde las ideas son generadas por el tiempo.


Vivir el arte,
sentir,
crear, expresar...
Es
ILUSIÓN
Pura belleza
El arte es dueño de nuestras vidas. Nos hace sentir libres en determinados momentos pero aferrado a él. Nos guía por donde quiere para aquellos corazones rotos o los que quedan por enamorar.

Diana y Bolo


Una noche más. Tras la ventana de mi habitación se puede contemplar el cielo completamente despejado y la luna llena reflejada en el estanque que ilumina la silueta de los árboles del bosque. A lo lejos las montañas esconden algunas estrellas. Yo, arrodillada encima de la silla del escritorio, contemplo la noche esperando a mi príncipe azul. Todas las noches me pierdo en mis pensamientos creyendo que algún día aparecerá. Pero por ahora nunca ha ocurrido. Es tarde. Tendría que ir a dormir. Mañana será otro día en que tendré que cuidar animalitos asquerosos que sólo me provocan alergia. Apago la vela y me meto dentro de la cama. Cierro los ojos y me dejo llevar por la tranquilidad de la noche.

Toc toc. Sólo puede ser el viento que llama a la puerta. Pero esta noche en televisión han dicho que no soplaría... Toc toc. Me levanto de la cama a ver quién es... Dudo que sea alguien interesante.

- Hola, buenas noches. - Una bestia peluda y mal oliente aparece detrás de la puerta. Sus ojos verdes brillan ante mi mirada. Es un lobo muy atractivo.- Estaba dando vueltas con mi moto cuando de repente me he quedado tirado... Estoy lejos de casa y me preguntaba si me dejarías pasar la noche aquí.

- Sí, claro. Puedes pasar. Voy a mostrarte dónde puedes dormir.

- Gracias y perdona las molestias... No quería despertarte si lo he hecho... - No parece tan horrible el lobito... - Me llamo Bolo.

- Encantada, yo Diana, diosa de la Luna.

-Bonito nombre y hermosa dama. - Qué lobo tan... agradable... - He dejado mi moto aparcada al lado de tu jardinera. Mañana por la mañana me iré. No quiero molestar.

- ¿Marcharte? ¿Dónde quieres ir? ¿Qué mejor sitio que este?

- Tú eres la dueña de la luna y yo un... bueno... una persona que los días de luna llena se transforma en lobo.

- Sí, bueno... Diosa de la luna y sola en medio de un bosque al que nadie accede. Aburrida de hacer todos lo días lo mismo. Cambiar la forma de la Luna. Esperar a que alguien me encuentre para irme de aquí. Que me enseñe el mundo y aprender que los sueños pueden ser maravillosos. Oh... Lo siento... No quería darte la lata explicándote mi vida que no interesa a nadie...

- ¿Por qué dices que no puede interesarle a nadie? No creo que esté aquí de casualidad. La luz de la luna me ha guiado hasta tí. Yo puedo ser la persona... o el lobo que esperabas. El que te tiene que recojer para vivir nuevas experiencias. El que te querrá y te dará todo lo que necesites.

Diana, emocionada, sabe que éste es y será el hombre o lobo de su vida. Que su físico no importa. Lo importante está dentro de su corazón.
A la mañana siguiente los dos subieron a la Harley del lobo Bolo y se marcharon para no volver al bosque.
Por eso, la luna está una vez al mes llena. Porque Diana, al no poder romper el echizo de su príncipe, quiere pasar tiempo con los dos seres que más aprecia en éste mundo.

Fin.

Después de semanas y semanas sin salir, hoy voy a pisar el asfalto de la calle.
Aun sin bajar el escalón de casa observo detenidamente la gente. No parece importarles los demás que se cruzan o les adelantan. Un señor está hablando por el móvil suplicando a su mujer que le traiga unos papeles urgentemente en la oficina. También hay un chico que espera al lado de una farola con una rosa. La esconde detrás suyo al ver que se acerca su chica o su futuro amor, o eso creo.
Existe aún miedo, pero esta vez voy a salir y no tendré que girarme a cada paso que dé. No voy a retroceder en ningún caso. Seguiré adelante con paso firme. Miraré sonriente aquellos que me dediquen una sonrisa.
Hoy será un nuevo día. El día que he vencido al miedo. Miedo a vivir. Por ese temor que no me dejaba dormir.
Pero esta vez se ha hecho justicia.
Ahora es el turno de que los papeles se intercambien. Voy a nombrarte. Todo el mundo debe conocerte. Llegarás a saber lo que llega a provocar el odio, los celos y la rabia.
Yo volveré a soñar, a compartir mi vida con la gente que me quiere, salir, trabajar, ayudar a aquellos y aquellas que han pasado por el mismo maltrato físico o psicológico.
Aunque el pasado no se pueda borrar viviré el presente y lucharé por mi futuro y por el de los demás.