domingo, 16 de mayo de 2010

Cp. 1 II

Me llamo Rebeca y tengo diecisiete años. Quizá tendría que haberme presentado antes pero necesitaba explicar cómo empezó todo.
Por fin el curso se ha acabado. La semana que viene tengo que ir a recoger las notas, espero que no me haya quedado ninguna para el año siguiente.
Hoy es uno de esos días que no te apetece salir de casa, el termómetro está cerca de los cuarenta grados. Podría ir a las piscinas pero el alcalde, como siempre, se le ha ido la pinza con el cambio climático y quiere reciclar el agua. Así que ha hecho tarde para abrirlas. Mientras tanto me toca estar tirada en el sofá con el ventilador delante. En mi reproductor de mp4 suena a medio volumen "If I could fly" de Satriani, uno de mis guitarristas preferidos. Le imito como si estuviera tocando yo la melodía. Por la puerta se asoma mi madre, me mira, y sin poder callarse lo de siempre me dice:
- Rebeca, desde que se ha terminado el curso que te pasas el día tirada en el sofá sin hacer nada. Al menos coge un libro y lee.
- Mamá, estoy cansada...
- Aquí parece que estés en cuarentena. Mira que blanca estás. Al menos sal a la calle con tus amigos... - dice preocupada.
- No tengo ganas, si el alcalde abriera las piscinas cogería un libro y me pondría a tomar el sol... Aunque sabes que terminaría en la sombra.
Mamá se da por vencida y se va al pasillo a barrer. Sabe que no puede convencerme, su hija le ha salido bastante cabezota. No me gusta broncearme, intento buscar la sombra siempre porque el más mínimo rayo de sol vuelve mi piel oscura.
Ahora es mi hermano Óscar quien se dirige a mí como si fuera su tesoro perdido.
- Rebe, ¿haces una partida conmigo a la play? - Se tira en el sofá a mi lado.
- Pero que pesaditos estáis hoy. - Me mira con ojos de buen niño.- Vale, pero sólo una.
Me regala un beso en la mejilla y sale disparado a encender la play. Óscar es un año más pequeño. Un chico alto, moreno y de ojos verdes. Es tan guapo que no parece de la familia, algún día el pobre se lo va a creer de tantas veces que se lo digo. Yo soy todo lo contrario, cabello castaño y ojos color miel. Nos llevamos muy bien aunque tenemos los típicos piques de hermanos.
- Oye Rebe, ¿sabes dónde está Miguel? - Tiene la costumbre de llamar por el nombre a nuestro padre.
- Pues creo que está abajo limpiando el coche. ¿Por qué lo dices? -Le marco un gol en el videojuego.- ¡Sí!
- Ya te vale hermanita... Es que le quería preguntar una cosa.
- ¿Te pasa algo? Ya sabes que me lo puedes contar...
- Sí, también quería hablarlo contigo. -Para el juego, se sienta con las piernas cruzadas y me mira.- Bobby celebra su cumpleaños y me ha invitado a su fiesta... ¿Sabes quién es?
- Uy, no me metas a mí en líos de los tuyos... ¿No es ese chico que tiene tan mala fama? Te he dicho muchas veces que no vayas con él.
- Pero si tú vienes Miguel me dejará ir. Yo no quiero ir por él... -Me aparta la vista.
- ¿Qué? Hay algo más que no sé y me tienes que contar, seguro. - ¿Te acuerdas de Yara? - le asiento con la cabeza.- Pues estará allí y me gustaría hablar con ella para decirle lo que siento... ¡Óscar enamorado! Quién lo iba a decir. ¿Será su primer amor o me habrá escondido más? Sé que antes le hacía tilín una chica, pero no llegó a nada. A parte, Yara es muy guapa y parece ser una persona estupenda. - Por favor, sobretodo no se lo cuentes a tus queridas amigas... Y menos a Lorena que se lo tomaría muy mal... - Tranquilo que yo no les cuento nada. Oye, ¿quién va más a esa fiesta? - Pues... creo que algunos de tu clase y bastante gente del otro instituto. La puerta del piso se abre. Papá ha terminado de lavar el coche. Ahora es el momento en que su hija con sus impresionantes facetas artísticas le convenza para que su hermano y ella puedan asistir a una fiesta que no olvidarán.

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